Una convergencia de movimientos por la justicia climática, la soberanía alimentaria y los derechos humanos puede ser la respuesta para hacer frente al cambio climático.

Ahora que millones de personas se movilizan en todo el mundo pidiendo acción urgente para frenar la crisis del clima, ha llegado el momento de cambiar la relación de la sociedad con la naturaleza. A pesar de la profunda conexión que existe con el resto de nuestro entorno de vida, el pensamiento y las acciones de la sociedad moderna (occidental), incluyendo la formulación de políticas, trata a los humanos y al resto de la naturaleza como si fueran dos esferas separadas e independientes. Pero el calentamiento global y la extinción masiva nos obliga a hacer un cambio radical.

La transformación de nuestros sistemas de alimentación hacia la agroecología es una estrategia imprescindible para afrontar las actuales crisis ecológicas. El Observatorio del Derecho a la Alimentación y a la Nutrición de este año, “Venciendo las crisis ecológicas: Reconectando la alimentación, la naturaleza y los derechos humanos”, sostiene que la alimentación es la clave para rectificar el camino actual. “No existe otra circunstancia en la que nuestra íntima relación con el resto del mundo sea tan clara como lo es nuestra conexión con la alimentación. […] La producción y disponibilidad de alimentos nutritivos, saludables y culturalmente adecuados depende del funcionamiento del ecosistema y, del mismo modo, depende de nuestra capacidad para reconocer los derechos humanos y el valor intrínseco de otros seres vivos, tanto animales como plantas y microorganismos. La alimentación no sólo nos mantiene saludables y nos permite responder a amenazas globales como la pandemia del COVID-19, también es el centro de nuestra naturaleza humana como seres sociales”, afirma la publicación.

La edición de 2020, que se lanzará el 12 de octubre, aborda temas cruciales de nuestro tiempo, que van desde el papel de la agricultura industrial como motor de enfermedades como el COVID-19, hasta el papel central de la tierra en nuestra respuesta a la destrucción ecológica y el veganismo como una de las principales corrientes de lucha actuales contra el cambio climático.

Los artículos de esta edición hacen un llamado para que se revisen los modos de producción, distribución y consumo de los alimentos, si queremos ganar el control y transformar radicalmente nuestras sociedades; pero también abordan los modos en los que la colectividad resiste contra la explotación de la naturaleza.

En un momento en el que millones de personas exigen medidas urgentes para detener el calentamiento global, la publicación subraya la necesidad de fortalecer la unión de los movimientos de justicia climática, alimentación y derechos humanos. El reconocimiento de los derechos de las comunidades campesinas e indígenas y de todas las comunidades que protegen los ecosistemas locales y producen alimentos sostenibles a través de la agroecología, han de colocarse en el centro de la solución.

FIAN Colombia participa este año en el volumen No. 12 del Observatorio Mundial del Derecho a la Alimentación, con un polémico artículo sobre el vínculo entre biodiversidad, patrón alimentario corporativo y salidas a la crisis de la actual pandemia.

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